LA ROMERÍA DE LA SANTA FAZ

Cuando buscamos en el diccionario la palabra «romería», nos encontramos con lo siguiente : “ ‘viaje o peregrinación a un santuario’ y ‘fiesta en torno a una ermita o santuario para festejar a un santo’ . Viene de «romero» que significa » el que viaja o peregrina a una ermita o santuario», que a su vez viene de un *romarius » derivado de Roma refiriémdose a los que peregrinaban a Roma, meca del cristianismo. De ahí se ha extendido a la peregrinación  a todo santuario católico.

En Alicante gozamos de la Romería de la Santa Faz, conocida como la “Peregrina”. Cuenta con más de cinco siglos de antigüedad y su recorrido parte de la Concatedral de San Nicolás de Bari hasta el Santuario donde se venera la imagen el segundo jueves después del Domingo de Resurrección. Está catalogada como la segunda más importante de España después el Camino de Santiago.

Su origen se remonta a la tradición cristiana – ya que no figura en los Evangelios canónicos – según la cual una mujer llamada Verónica salió al encuentro de Jesús cuando iba ensangrentado y sudoroso por el camino del Calvario, el Vía Crucis. Ella, compasiva y sobrecogida por tanto dolor, limpió el rostro del Nazareno con un paño que al menos tenía cuatro dobleces, quedándose sus facciones impresas en todas ellas. Ese paño es una de las reliquias llamadas “Vera Icon” que significa “verdadera imagen de Cristo”. Una de las “imágenes” del Santo Rostro está en la Catedral de Jaén; otra en la Basílica del Sacré Coeur de París; otra en San Pedro de Roma, y, finalmente, la nuestra, en Alicante.

Romería a la Santa Faz de Alicante

Miles de peregrinos, junto a la comitiva oficial, parten desde San Nicolás, muchos de ellos ataviados con el traje típico de blusón negro y pañuelo al cuello y portando la caña con una ramita de romero en el extremo. Los romeros hacen varias paradas (“paraetas”) para reponer fuerzas, comiendo lo típico de Pascua: habas crudas, tortillas, conejo con tomate y vino de la huerta o rollos de anís y mistela.

¿Cómo llegó la Santa Faz a Alicante? La Reliquia permaneció en Jerusalem hasta el siglo VI en que empezaron las invasiones musulmanas. Entonces, para evitar que fuera profanada, los cristianos la trasladaron a Chipre junto con otras reliquias. Después, siempre buscando un lugar más seguro, fueron llevadas a Constantinopla, pero en el año 1453 la ciudad fue tomada por los turcos. En su huida a Roma, los hijos el emperador Constantino XII se llevaron el sagrado lienzo entregándoselo al Pontífice Nicolás V quien lo guardó en su oratorio.

Bajo el Papado de Sixto IV  hubo una fuerte epidemia de peste e Venecia, por lo que el Papa les envió la reliquia, por medio de un cardenal, con el expreso mandato de que le fuera devuelta una vez pasara la epidemia, pero los venecianos se negaban a cumplir semejante mandato . Ante la amenaza del Papa con graves sanciones canónicas, por fin los venecianos entregaron la santa reliquia al cardenal que la había llevado, pero , antes de llegar a Roma muere el Papa, quedándose el cardenal el Santo Rostro en su oratorio privado.

Entonces, ¿cómo llegó la Santa Faz a Alicante? En este momento es cuando hay que hablar del sacerdote Don Pedro Mena y Vera. Nació en la pequeña aldea de Sant Joan que pertenecía a Alicante, entre finales del s.XIV y principio del XV. Se doctoró en Escritura y Sagrada Teología en Valencia. Parece ser que se convirtió en secretario del Cardenal Rodrigo de Borja, al que acompañó a Roma, coincidiendo su llegada a la ciudad con la muerte del Papa Sixto IV. Fue allí donde el propio Rodrigo, futuro papa Alejandro VI, quien le daría a Mena la reliquia de la Santa Faz que guardaba en su oratorio. Se trataba de un trozo de tela con un rostro grabado, que el sacerdote alicantino guardó cuidadosamente y se trajo a Sant Joan cuando fue nombrado cura de dicho pueblo. Al regreso a su pueblo, guardó el santo Lienzo en el fondo de su arcón, pero, cada vez que lo abría, encontraba la reliquia arriba del todo. Volvía a ponerlo al fondo, y de nuevo volvía a estar arriba. Así que decidió colocar el lienzo sobre una tabla y la expuso para su veneración pública.

  En 1489 se produjo una enorme sequía, por lo que se pensó en organizar una procesión de rogativas en la que se llevaría el lienzo de la Santa Faz clavado en la tabla, El recorrido iría desde el pueblo de San Juan hasta el santuario de La Virgen de los Angeles:…con la Santa Faz clavada en un tablero, la rogativa se dirigió desde Sant Joan hacia el Monasterio alicantino. Pero cuando la mencionada rogativa atravesaba el Barranco de Lloixa (o Joncaret), el portador de la Santa Faz, el Padre Villafranca, pidió ayuda a los presentes puesto que no podía sujetar el lienzo. En ese momento los presentes contemplaron atónitos una lágrima que brotaba de la mejilla del rostro y que quedó detenida en él. Uno de los presentes D. Guillén Pascual, se acercó y tocó la lágrima, que resbalaba por su dedo. Desde entonces se cubriría el dedo con un dedal de plata y cambiaría su apellido por el de «Pascual de la Verónica”. Era el 17 de marzo de 1489. En el lugar del Milagro de la Lágrima (dentro del barranco) se levantaría el Monasterio de la Santa Faz. En un principio, la Santa imagen estuvo custodiada por una comunidad de monjes Jerónimos hasta que en 1518 fue sustituida por una comunidad de monjas Clarisas del monasterio de Gandía. En 1748 se declaró la ruina de este templo , construyéndose en 1766 otro en su lugar que es el que conocemos hoy en día. El 16 de julio de ese año se volvió a llevar la reliquia para ser custodiada. La procesión fue pospuesta hasta la semana siguiente, el 25 de marzo. Cuando estaban cerca de la ermita de Nuestra Señora de Los Angeles de Alicante, mientras el franciscano P. Benito predicaba y sostenía el Lienzo, se elevó como en éxtasis, y aparecieron otros dos rostros de Jesús en el cielo. Entonces comenzó a llover abundantemente.

 

Este año, y debido al motivo que todos conocemos , los alicantinos no vamos a vivir una fiesta de Santa Faz como estamos acostumbrados. Esta año no habrá romeros por las calles , ni puestos de frutos secos, ni de medallitas o botijos ni huchas de cerdito. Pero SÍ habrá veneración a la Santa Imagen porque cada alicantino realizará su propia peregrinación sintiendo en su corazón esa profunda emoción que le ha llevado, año tras año, a acompañar a su imagen más emblemática que nos une a todos haciéndonos uno.

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